Edward Gorey fue un niño que a los ocho años había leído Drácula, Frankenstein y todas las novelas de Victor Hugo. Entró en Harvard y formó parte del Poet’s Theatre de Cambridge, donde se dedicaba a hacer los decorados (en el futuro ganaría un Tony en Boradway por el diseño de producción de Drácula). En 1953 se mudó a Nueva York y se puso a trabajar en la editorial Doubleday como diseñador de cubiertas. Era un hombre excéntrico, amante del ballet clásico, que caminaba descalzo con las uñas de los pies pintadas de verde, o vestía abrigo de piel de mapache con zapatillas deportivas. Se mudó a una antigua casona y vivía rodeado de gatos, muñecos y objetos esféricos. Sin embargo, sus allegados lo recuerdan como una persona afable, culta y muy inteligente. El jardín maléfico fue publicado en 1965.
Libros del Zorro Rojo ha reeditado este clásico del terror, unos versos llenos de humor macabro e ilustraciones de este gran artista. Una sencilla trama en la que una familia decide pasar un día en el jardín maléfico, un lugar en el que van ocurriendo cosas extrañas.
Osos feroces, verdaderos matones
custodian peras, manzanas y melocotones.
“Alexa ve que con impasible osadía
una planta se traga de golpe a su tía”
“De nada vale desmayarse, correr o gritar:
de ese sitio es imposible escapar.”
«Los surrealistas pensaban que no había nada más misterioso que la vida cotidiana. Estoy de acuerdo. La vida cotidiana es muy desconcertante.»
Este libro de Edward Gorey para niños y niñas es una apuesta segura para introducirles con mucho humor en el mundo del terror.
Esta entrada ha sido posible gracias a Libros del Zorro Rojo.