Los cuentos y la inteligencia emocional están estrechamente vinculados. Un estudio publicado por Science reveló que los lectores de ficción literaria habían desarrollado más la empatía que personas que no leían o que leían otro tipo de libros. Incluso había diferencias entre los que leían buena literatura y los que leían literatura popular.
La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos para reconocer nuestros sentimientos y los de otras personas, y sobre todo, saber gestionarlos. Queremos que nuestros niños y niñas reconozcan sus enfados y aprendan a canalizarlos, que se pongan en el lugar del otro y tengan empatía, que posean habilidades sociales… demasiadas cosas, ¿verdad?
Los cuentos nos van a ayudar mucho a educarlos en este sentido porque les convierte en testigos de primera mano de otras vidas, observarán cómo los personajes resuelven sus conflictos, aprenderán a identificar sus sentimientos, identificarán comportamientos adecuados e inadecuados, asumirán la diversidad como algo positivo… y sobre todo, desarrollarán la empatía.
![]() |
Del genial Liniers |
Y lo mejor de todo es que estas bondades las tienen casi todos los cuentos. Cuanto más profundos y redondos sean los personajes, cuanto más elaborada sea la historia (siempre, por supuesto, según la edad), mejor. Y no tiene que tratar de estos temas en absoluto, todo lo contrario. Sin embargo, hoy voy a recomendar algun cuento que puede ayudar a resolver algunos conflictos:
Los cuentos y la inteligencia emocional: Sentimientos:
Vaya rabieta de Mirelle D’Allance y editado por Corimbo. Roberto tiene una rabieta enorme, tan enorme que sale de su garganta y se convierte en un monstruo de pelo rojo que se dedica a destrozar todo. Por fin, Roberto consigue reducirlo y meterlo en una caja. ¡Ha podido con su rabieta!
Cuando las comecuentos leemos este cuento, recordamos de qué color es nuestra rabieta cuando sale de nuestra garganta, y le ponemos un nombre, o varios, y el día que la rabieta surge… ¡a meterla en su caja antes de que haga un gran destrozo!
Los cuentos y la inteligencia emocional: Diversidad:
La conejita Marcela, escrito por Esther Turquets, ilustrado por María Hergueta y reeditado por Kalandraka. La conejita Marcela tiene un ojo torcido y además no se adapta a las reglas establecidas. Es distinta pero igual.
¿En qué somos distintas cada una de las comecuentos? ¿Y en qué nos parecemos? ¿Y eso importa?
Elmer de David McKee editado por Beascoa. Elmer es un elefante de colores que se siente diferente a los demás elefantes.
Igual que en el anterior, descubriremos qué nos hace distintos, y comprenderemos que ser distintos es muy bueno.
Los cuentos y la inteligencia emocional: Emociones:
El imaginario de los sentimientos de Félix, de Didier Levy y Fabrice Turrier, editado por SM. Félix es un niño como otro cualquiera, con muchas emociones. Entre ellas el miedo, los celos, la curiosidad, la tristeza, la decepción…
Las comecuentos aprendemos a identificar cada una de ellas, todos estos sentimientos y emociones son normales, y además es muy bueno tenerlos. Lo que tenemos que aprender es a canalizarlos de la mejor manera.
Entre las entradas publicadas podéis ver otros cuentos que sirven para combatir los miedos, como Yo mataré monstruos por ti, o para entender relaciones diferentes: Sígueme, una historia de amor que no tiene nada de raro. Apostando por la diversidad tenemos Monstruo Rosa y Mi papá es un payaso.
Pero ya sabéis, no tiene porqué ser tan explícito: un cuento como Los de arriba y los de abajo nos enseña sobre las relaciones sociales, y en otro como La siesta de los enormes, que aparentemente es un cuento de aventuras dentro de otro cuento, aprenderemos las emociones.