Aunque todavía me estoy recuperando de la vuelta de vacaciones, vuelvo con muchas ganas de contar cosas, así que empiezo fuerte: con un decálogo personal sobre la libertad. Esa palabra que abarca casi todo o casi nada. Esa palabra que a veces se usa de forma dañina y otras veces, la mayoría, es excepcional.
¿Cómo sentimos la libertad? Haciendo lo que nos da la gana. Sintiendo como nos da la gana. Pensando como nos da la gana. Pero para que lo que nos dé la gana sea positivo, beneficioso y nos haga sentir bien a todas las personas, no solo a uno mismo, aquí va mi decálogo personal sobre cómo se consigue esa libertad y que intento inculcar a mis criaturas:
1. Felicidad. Para que sean capaces de hacer las cosas que les hacen felices, sabiendo lo que les conviene y lo que les ayudará en un futuro. En ocasiones, incluso, hay que anteponer la felicidad propia a la ajena y saber decir no.
2. Empatía y solidaridad. Aprender a ponerse en la piel del de al lado. Que conozcan las diferentes situaciones de las personas, y desarrollen la sensibilidad y las ganas de hacer cosas para que la realidad sea un poquito mejor.
3. Asertividad, libertad de expresión y de opinión. Para que se sientan libres de opinar y de decir lo que sienten y piensan. Que aprender a decirlo amablemente y de forma directa.
4. Pensar más allá de lo convencional. Desarrollar el pensamiento creativo y la visión panorámica de las cosas. Para que tengan libertad real deben conocer muchas situaciones diferentes para elegir. Si solo les enseñas una cara de la moneda, no podrán elegir con verdadera libertad.
5. Feminismo. Fundamental para que las niñas y niños sean libres de expresarse como prefieran, sentir como quieran y liberarse de los estereotipos de género.
6. Evitar la sobreprotección. Ahora lo llaman paternidad helicóptero. Decirle a tus criaturas lo que tienen que hacer en cada momento y fiscalizar cada movimiento, además de cansado es frustrante para ellas.
7. Desarrollar el criterio y el pensamiento crítico. Para que puedan pensar por ellas mismas en todo momento.
8. Fomentar la autonomía. Según su edad y madurez, que sean capaces de hacer las cosas por sí solas.
9. Responsabilidad. Para eso es necesario tener perspectiva y conocer las consecuencias de cada uno de sus actos. Causa – efecto.
10. Toma de decisiones. Que aprendan a pensar bien lo que se va a hacer para que no repercuta negativamente en la sociedad, en su vida y en su bienestar.
Desarrollar la libertad sin comerte el espacio del de al lado. Ser libre de pensar, sentir y actuar. Ser libre para asumir las responsabilidades que revierten en algo positivo para cada uno de nosotros. Ser libre para deshacerte de las responsabilidades que no te beneficien.
¡Feliz vuelta a la realidad! Y feliz libertad.