¿Sabías que las niñas a partir de los seis años se sienten menos inteligentes que los niños? ¿Y que los varones subestiman las capacidades de sus compañeras en la universidad?
La culpa de todo esto la tienen los estereotipos: los juegos y referentes culturales entrenan a las niñas y niños sobre cómo tienen que comportarse, expresarse y relacionarse. Colores rosas, muñecas, cocinitas y princesas. Colores azules, barcos piratas, fútbol y superhéroes. Proponemos dos escenarios distintos con perversas consecuencias: las niñas deberán ser sumisas, tranquilas y obedientes, y los niños no podrán llorar y ser sensibles, deberán ser fuertes y valientes. ¿No sería mejor que fueran libres para sentir, expresarse y actuar? ¿No sería mejor que nuestras niñas no tuviesen miedo y se sintieran poderosas y con la capacidad de conseguir lo que se propongan? ¿No sería mejor que nuestros niños se sintieran libres y se descargaran del peso de ser los responsables del poder y trabajar sus emociones y sentimientos?
Necesitamos niñas y niños con conciencia y compromiso, educados en igualdad. Que tengan capacidad de pensar más allá de lo convencional y no se dejen influir por los modelos que a menudo se muestran en la televisión, el cine, la literatura o las redes sociales. Para construir una sociedad justa e igualitaria, nuestras criaturas tienen que ser poderosas, solidarias y felices.
Por fin, puedo presentaros el libro que he escrito y que ha publicado Plataforma Editorial, que puedes comprar en librerías, o por internet en La Casa del Libro y
Me convertí en feminista el día que mi madre, una mujer extraordinaria, me dijo que para ser una mujer libre e independiente, tenía que tener un trabajo propio, conducir, grandes aspiraciones y no entregar mi vida en exclusiva a una familia. Desde entonces, hasta ahora, desaprendo cada día muchos comportamientos que nunca debí aprender, y aprendo sobre libertad, justicia e igualdad. Todo esto pretendo evitárselo a mis dos hijas, que quiero que sean dueñas de su vida y sean muy conscientes de la sociedad machista en la que viven.
Una sociedad que soporta un sistema que permite y perpetúa comportamientos, estereotipos e injusticias hacia las mujeres, que derivan en desigualdades sociales evidentes como brecha salarial, trabajo no remunerado en el hogar, feminización de la pobreza, trabajos de cuidados realizados por mujeres, nulo acceso a los poderes sociopolíticos, torturas, agresiones sexuales, violaciones y asesinatos. Si queremos una sociedad más justa y más igualitaria, tenemos que educar a nuestras criaturas en el feminismo. Porque es la única educación que nos salva del machismo.
Esta es una guía para madres, padres y educadores que quieren saber un poco más cómo coeducar a las criaturas que tienen alrededor en igualdad, de forma directa, amena y clara, para que entre todas las personas podamos cambiar este mundo a mejor, con muchas de las cosas de las que hemos hablado en este blog, ¿te vienes?