Enseñar feminismo a niños y niñas es clave en la educación de nuestras criaturas si queremos un futuro donde la discriminación sexista desaparezca. No es un tema que debamos pasar por alto y es importante que desarrollen, desde que son pequeños, criterios para reconocer las injusticias del patriarcado y tengan herramientas para luchar contra ellas.
Por ese motivo os traigo 10 ideas para enseñar feminismo a niños y niñas:
1- Saber exactamente qué es el feminismo: un movimiento que reclama la igualdad real entre las personas. A día de hoy, no somos iguales, ya que las mujeres sufrimos muchas desventajas: tenemos un salario inferior desempeñando el mismo trabajo, no estamos representadas en cargos poderosos, y sufrimos la violencia machista o el micromachismo diariamente, entre otras muchas cosas. Tienen que saber que los hombres también pueden ser aliados feministas y apoyar una sociedad igualitaria, haciendo feminista su propio espacio.
2- Conocer la historia de las mujeres: tienen que saber que hasta hace pocos años la mujer no era libre para hacer lo que quisiera y que, a día de hoy, en otros países, no es libre de vestir, de estudiar, de casarse o de vivir como quiera. Incluso sufren mutilaciones, matrimonios forzosos, violencia de todo tipo, etc. Deben saber que, aunque hemos avanzado, todavía queda mucho trabajo para que la igualdad sea real en todos los ámbitos de nuestra vida.
3- Reconocer los estereotipos y visibilizar a las mujeres: a las niñas y los niños se les dice desde que son pequeños cómo tienen que ser y cómo tienen que comportarse. Todo eso tiene que cambiar. Además, es fundamental que sepan que a veces las mujeres no van a estar suficientemente representadas en ciertos sectores, profesiones, comportamientos o aficiones, pero eso solo significa que la lucha por la igualdad tiene que continuar y debemos buscar referentes femeninos inspiradores en las mujeres de su entorno, la literatura, o el cine. Que solo se retransmita el fútbol masculino, que el cine casi nunca supere el test de Bechdel, o que las princesas sean serviles y pasivas frente a caballeros valerosos e intrépidos, son solo algunos ejemplos.
4- El sexismo en los medios de comunicación: es muy necesario que aprendan a detectar en los libros, el cine y la publicidad estereotipos inadecuados y saber reconocerlos, es fundamental para no repetirlos ni consentirlos en la vida real. Cuando se utiliza el cuerpo de la mujer como reclamo, o cuando son las mujeres las únicas que desempeñan determinadas tareas del hogar o un rol específico en la familia o el trabajo.
5- Los gustos y las aficiones no tienen género: a las niñas y a los niños les puede gustar por igual el rosa, Star Wars, o pintarse las uñas. Los niños pueden ser sensibles y llorar y las niñas pueden jugar al fútbol y sentirse como una superheroína. Pueden gustarle los chicos, o las chicas, o los dos. No hay una característica exclusiva ni excluyente de cada género.
6- Hay muchas maneras de ser mujer: deben interiorizar que tienen absolutamente todas las opciones abiertas para ser mujer, en su presente y su futuro. Pueden jugar a lo que quieran, estudiar la carrera que quieran y dedicarse a lo que ellas quieran; casarse, o no; tener hijos, o no; tener pareja, o no; maquillarse, o no; ponerse un vestido, o no; estar delgada, o no; depilarse, o no; y así hasta infinito. Que es libre y dueña de su cuerpo y de sus acciones. Que nadie, hombre o mujer, puede obligarla a hacer algo que no quiera. Y que en cualquier momento puede dejar de hacer algo que no le gusta.
7- El hombre no es el enemigo: pero es el que ejerce el poder del patriarcado y la violencia machista. También son los hombres los que violan, agreden y matan. Como colectivo. También hay hombres que tratan a las mujeres como iguales, que tienen relaciones de amistad, de pareja o familiar igualitaria, pero es importante también que sepan distinguir cuando un hombre/niño trata a las mujeres/niñas de forma diferente porque las consideran más débiles, inferiores, o de su propiedad y creen que pueden controlar lo que hacen o lo que piensan. Es fundamental que reconozcan cuando alguien las controla, y saber que no son propiedad de nadie y que nadie puede hacerlas sentir mal por ser chicas.
8- Desmontar los mitos del amor romántico: es fundamental que tengan una visión crítica del amor romántico que a menudo se observa en televisión, canciones, cine y libros, donde el amor todo lo puede, es lo más importante y requiere entrega absoluta. Los celos, el control, o el sentimiento de propiedad, no es amor. Conceptos como el hombre de tu vida o la media naranja, no son reales. Una mujer por sí sola es suficientemente poderosa. Si el amor aparece y dura es maravilloso, pero si no dura, o no existe, se puede ser feliz y hay otros tipos de amor.
9- Aprender con el ejemplo: si niñas y niños están en un entorno con una figura masculina y una femenina, tienen que observar que ambos asumen los mismos roles y que en la relación de pareja se aprecia la independencia de cada uno. Las percepciones de género durante la infancia quedan grabadas y pueden ser extremadamente limitantes en su vida adulta.
10- Desarrollar el pensamiento crítico: Siempre insisto en esto, ya que muchos adultos y adultas machistas son hijos sanos del patriarcado porque no han reflexionado y leído sobre otra cosa con una mentalidad completamente abierta. Las niña y los niños pueden dar por hecho comportamientos, acciones y estilos de vida porque no se plantean nada más. Por eso es fundamental fomentar que aprendan a pensar por ellos mismos. Y nunca den por sentados los derechos que disfrutan las mujeres: pueden votar, utilizar métodos anticonceptivos o tener su propia cuenta en el banco, pero es posible que las leyes o la sociedad cambien y esos derechos también. Y todavía hay muchas desventajas sociales cuando se es mujer: las mujeres seguimos siendo asesinadas, maltratadas, violadas, infrarrepresentadas y ninguneadas en la sociedad.
Enseñar feminismo a niños y niñas es fundamental para darles herramientas para desenvolverse en la vida, para aprender con la empatía y hacerlos poderosos y realmente responsables de sus acciones y su vida. Es la única manera de evitar comportamientos machistas: hacer una sociedad feminista.