Con tantas vacaciones de verano, los peques tienen tiempo libre para piscina, campamentos, aburrirse y crear, y noches en las que pueden descubrir películas nuevas. Es el momento perfecto para iniciarlos en otro tipo de cine de animación, con otros trasfondos y producciones más ambiciosas. Por eso entra en escena un ilustrador, productor y director de cine japonés llamado Hayao Miyazaki.
Algunos lo llaman el Disney japonés, pero no os engañéis, no tiene nada que ver. A pesar de que en Japón ha tenido una repercusión similar a la de Disney, y que sus películas contienen cierta moralina, el parecido acaba ahí. El director trata sus películas con mucha más complejidad psicológica: mientras en Disney los personajes se redimen a través del amor y abundan los tópicos, el universo de Miyazaki destaca precisamente porque se convirtió en un icono cultural rechazando los efectos especiales, el 3D, continuando con la animación tradicional, huyendo del mainstream y otorgando más protagonismo a la naturaleza y lo que le rodea, que a los propios personajes, algo que parece no encajar con la cultura contemporánea. Incluso se asocia cierto anarquismo a su perspectiva, donde se percibe que todo progreso humano es una falacia. Pero lo realmente subversivo de sus películas es que, a pesar de su oposición a la vida moderna y la tecnología, convierte cada una de sus filmes en faros de esperanza, donde mezcla tristeza y belleza.
Así que para iniciarse en el universo Miyazaki, os propongo estas 6 películas para empezar.
Mi vecino Totoro. Satsuki y Mei, dos hermanas, entablan amistad con Totoro, un espíritu del bosque. Su padre es un profesor universitario que fomenta su imaginación con fábulas e historias mágicas sobre duendes, fantasmas y espíritus protectores de los hogares, mientras la madre se encuentra enferma en el hospital.
Ponyo en el acantilado. Libre adaptación de La sirenita, en la que Sosuke, un niño de 5 años conecta con una princesa pez que quiere convertirse en un ser humano.
El viaje de Chihiro. Chihiro es una niña de diez años que viaja en coche con sus padres y tras atravesar un túnel, llegan a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los humanos, sólo para los dioses.
La princesa Mononoke. El joven Ashitaka sale en busca del dios Ciervo para curar la herida que la ha causado un jabalí, pues sólo él puede liberarlo del sortilegio.
Nicky, la aprendiz de bruja. Según la tradición, todas las brujas de 13 años deben abandonar su hogar durante un año para saber valerse por sí mismas. Así, descubrirá lo que significa la responsabilidad, la independencia y la amistad.
El castillo ambulante. Considerada su obra maestra, cuenta la historia de Sophie, una joven sobre la que pesa la horrible maldición de otorgarle el aspecto de una anciana. Sophie decide pedir ayuda al mago Howl, que vive en un castillo ambulante.
¿Os animáis?