Como en el cuento anterior de Flora y el flamenco, nos volvemos a encontrar con una historia que habla por sí sola, no necesita texto que la acompañe y presenta unas ilustraciones tan elocuentes que adivinas una trama perfectamente elaborada a través de los dibujos. Se trata de Ladrón de gallinas, de Bèatrice Rodríguez, editado por Libros del Zorro Rojo, que tuvimos la suerte de llevarnos a casa de la biblioteca el otro día, y que fue elegido por Jota sin mi intervención. ¡Y no tiene princesas!
Oso, Conejo y Gallo son testigos de cómo el zorro roba una de las gallinas. Le perseguirán a través de los bosques, de las madrigueras y del mar, hasta encontrarse con una realidad que no es la que parece.
¿Es posible que Zorro no robara a Gallina y que todo haya sido malinterpretado? Hay una realidad que desconocemos detrás de cada historia, ¿verdad?
No está nada mal que los niños y a las niñas aprendan a no juzgar a las personas por sus actos, o por sus apariencias, porque puede haber un motivo oculto que nos haga ver la realidad de otra forma. ¿Verdad que es posible? ¿A que ocurre más veces de lo que nos esperamos?
says
Que zorro más majo oye. Tienes razón en que a veces nos precipitamos a juzgar a los demás. Me encanta el mensaje.
Las comecuentos says
Gracias por tu comentario, Sandra. Sí, el mensaje es genial.